sábado, 11 de septiembre de 2010

Crónica de 11 de Septiembre: The Popper

A sabiendas de lo tranquilito que estaría el mar, sin olas apenas, con el agua cristalina, la marea bajando... vamos, como para quedarse en casa viendo la tele con la jefa al lado, tomando café a medias tardes.
Media hora más tarde estaba en la playa caminito de la zona que mi compañero me soplo un avistamiento poco frecuente pero intenso.
Viéndolas venir esta vez eche mano a la RC SPIN MEDIUM de 330, adjuntando a la vara el Stradic 4000 FA; a esta combinación la guarniciono con popers, paseantes, Viva Pareids y un par de cucharillas pesadas, con todo ello ni me di cuenta que ya estaba pescando.
La primera oleada de lanzamientos corre a cargo de un Surface Cruiser de 28 gramos. Tengo una zona amplia para recorrer, de modo que dosifico el esfuerzo y no despertar a mi tendinitis.
LLegando al final del primer tramo, se produjo el primer y único ataque de la jornada al Surface Cruiser; quizás un pejerrey de dos o tres kilos.
Hago dos pasadas más con un sinuoso y provocativo paseante y por último con un híbrido de popper, pero ya la marea está muy baja y yo... me vuelvo por donde vine.

miércoles, 8 de septiembre de 2010

Crónica de 8 de Septiembre. Nada, en el mar

Una vez más merodeando la orilla, bien por escapar de la monotonía, o por ver alguna escama;
las condiciones de ola, tampoco hoy eran las adecuadas. La actividad es media pero los pejes han desaparecido.
Es el momento para probar algunos señuelos que estaban pidiendo una oportunidad, pruebo y compruebo que podrían dar la sorpresa, si la otra parte se aviene a razones... pero no, hoy no es el día.
Al poco de estar en el agua, veo que se avecinan otros pescadores de plomo, haber si tienen mejor suerte. Mientras voy avanzando forzando la vara para que catapulte al señuelo tras la ola.
Mas tarde regreso al punto de partida con la misma dinámica, los del plomo han cambiado de sitio varias veces. En resumen... no hay nada mejor que una retirada a tiempo.

miércoles, 25 de agosto de 2010

Crónica de 25 de Agosto. Con Esperanza

Estaba en el garaje preparando los atarecos, con la intención renovada de volver a la playa y meterme entre las olas lanzando las jabalinas, me preguntaba si las lobas estarían prestas para atacar los señuelos.
Amarrando los últimos cabos, Marcus me llama por teléfono y me comenta la jornada mañanera, ¡madrugón incluido! con resultados negativos. ¡Las lobas están allí apelotonadas! me dice... pero no quieren saber nada de juguetes que hacen pupa. Su decepción, me anima y acelero, sabía que, la predicción de la actividad era muy alta para una hora señalada, ¡es por la luna!.
Ya en la playa, el oleaje que hay en la zona, no es el mejor, no hay viento. Widguru... o se ha equivocado o yo, he seleccionado mal la zona. El agua está limpia y cristalina, pese a las olas que hay, no me hace tanta gracia; pero la esperanza me inyecta más optimismo.
Veo que hay gente pescando la zona, mientras me acerco el hombre, ya esta tratando de varar a una loba, ¡vaya, esta tarde hay juego! le comente... es la primera... me responde, y observo que no está haciendo spinning ¡¡las está pescando con pienso!! mi optimismo sufrió un pequeño bajón, pero mi amiga, esperanza, estaba conmigo y parecía susurrarme "piensa en verde... es mi color preferido" ¡a que suena sensual!
Diez minutos más tarde, aquel pescador ya tenía otra y más tarde ya, ¡sumaban cuatro en total! para entonces otro pescador había llegado y al momento clavo otra loba, todas de buen tamaño.
Estaba claro, las lobas que tenemos esta tarde aquí, no han aprendido a depredar.
Esperanza vuelve a susurrarme "aun puede que más adentro estén las lobas negras o quizás los pejerrey que has visto hace un momento en la orilla, lanza más largo Rafa" empero, ni por estas consigo aliviar mi optimismo.
Estoy a punto de mandar al carajo a esperanza. Al menos por esta tarde ya casi noche.
Volveré en unos días, cuando mengue esta luna.


lunes, 23 de agosto de 2010

Crónica de 23 de Agosto. El madrugon


La tabla de mareas indicaba para esta madrugada entre las 06:00 y 08:00 de la mañana, una actividad muy alta con un coeficiente de 79.
Rascao por el cero patatero de la tarde anterior, decidí madrugar y probar la marea a pesar de estar ya baja. Tenía pensado que llegando antes de la hora prevista, podría obtener resultados positivos, pero por ser impuntual me lleve otro palo.
Allí estaba Florian, justo cuando llegue a su lado, estaba desanzuelando la segunda de las lobas, ¡te estaba esperando igual que ayer! me dijo por saludo, me alegré de verle y me puse a la faena confirmando que efectivamente llegue tarde.
Los pejerrey, estaban atacando en la misma orilla a las lobas, en un palmo de agua, uno de ellos de buen tamaño, no se amedrentó en tan poquísima profundidad.
A quien madruga Dios ayuda.

domingo, 22 de agosto de 2010

Crónica de 15 de Agosto. El contrataque



No podíamos quedarnos atrás. Nosotros los viejitos, reivindicamos nuestro puesto en la orilla y damos un puñetazo en la mesa, llamando al orden a los jovenzuelos que tratan de desplazarnos de nuestro ranking de experiencia y vetaranía. Faltaría más.
La verdad es que andábamos de mal en peor. En los últimos días los jóvenes nos estaban dando pal pelo, con sus capturas casi a diario. Nuestra excusa de trabajo mañanero, en pleno agosto, justificaba nuestra ausencia de la orilla, pero no así. La tan ansiada tarde que por lo normal la tenemos libre, se nos antojaba a Marcus y a mí, como la oportunidad de reivindicarnos y así fue.

Dejándonos caer a lo zorro, sin previo aviso de ataque, como haría cualquier caballero de florete y saludo cortés, nos fuimos a la playa en pos de nuestras capturas, justificantes de nuestras reivindicaciones con las que acallaríamos al resto de la galería. He aquí, el muestrario de nuestro medallero lubinero.

Chicos, aquí estamos y estaremos, siempre.

Crónica de 14 de Agosto. Invasión



Las cinco de la madrugada, alguien me despierta una hora antes de irme a trabajar. Borja está trasteando, preparando los atarecos para irse a la orilla con Florian.

Las lobas están muy activas y están dando satisfacción a sus perseguidores que obtienen bonitas capturas. Hay que acabar con ellas, las bailas llevan mucho tiempo desaparecidas y me temo que las lobas son responsables de esta calamidad junto al cambio climático.

Florian, otro experto en estas lides, obtiene una captura de medalla de oro, mientras Borja le sigue de cerca. Así se hace chicos, a por ellas.

Crónica de 19 de Agosto. La araña que viene

¡Cuanto tiempo transcurrido sin mostrar una crónica! y es que, nada había que contar. La pesca anda muy mal por estos lares del sur y desmoraliza al más paciente de los pescadores.

Hace un par de tardes, me hice a la orilla con mi gran amigo Marcus, las lobas andaban por allí y no eran pequeñas, no.
Por Maspalomas se había levantado una fuerte marejada que hacía imposible dar un solo lance, de modo que, nos fuimos directos a la punta del Inglés y aquí observamos como las lobas nadaban como tontas en la misma orilla. Nos metimos en agua y mi alegría solo duro un par de lances.
Como si me hubiese clavado un grueso cristal en la planta del pie, así de brutal fue, que me hizo saltar fuera del agua, la picadura de una araña, Trachinus Araneus.

Fue imposible continuar la jornada. Otro días será.

lunes, 26 de abril de 2010

Clásico


Uno de los significados de la palabra clásico en nuestro diccionario dice así: Adj. Que no se aparta de lo tradicional, de las reglas establecidas por la costumbre y el uso.

Una mañana, me deje llevar por impulso a uno de los litorales en lo que nunca estuve pescando, un lugar, que por la pinta que tiene desde la autovía, parece que te dice que, no es lugar para pescar, lleno de piedras, de ruidos un poco fuertes... no tiene esa belleza innata de otras playas, porque es ¡feo! o por lugares que te dicen, aquí hay pescado y luego resulta que te da gato por liebre, Perdón... perdón; ¡Cebas por enroque de señuelos!

Así que, me dejé caer por aquel lugar, monte mí equipo y elegí varios señuelos paseantes, es evidente que esta costa, esta defendida por majanos de piedras sumergidas, amenazantes para los señuelos a medias aguas. Estaba por amanecer aun y una brisa fresca corría por la playa, espabilando los músculos aun semidormidos. Caminé con cuidado hacia el agua, las piedras, llenas de limo, podían hacerte caer en cualquier momento y dar con el cuerpo sobre ellas con el consiguiente alarido de dolor, ¿se imaginan la situación?

Por fin, lanzo tan lejos como puedo para ganar agua, conforme voy lanzando, voy caminado por la costa, ya la corona del sol aparece en el horizonte y sustituyo el paseante por otro aun más oscuro, aquí el agua es cristalina y la marea está quieta, como una balsa de aceite, solo algunas olas llegan con fuerza a la orilla, dando la nota.
Largo rato ha pasado desde que comencé, me encontraba a mitad de aquella playa un poco desanimado, ya me dolían los tobillos, los golpes que recibían al resbalar sobre las piedras, restaba la voluntad de este pescador, de modo que salí del agua, me senté sobre el callao dispuesto a fumar, estaba en ello y miraba al mar, sosegado y ...¿quieto? algo salto fuera del agua produciendo un chapoteo que llamó mi atención, fue como una palmada en un auditorio, me levanté y fije la mirada en las ondas y al poco, a unos metros, un pez brillante y grande salta fuera del agua... ya presto regresaba a ella de nuevo, ¡narices de paseantes! pensé... popers ¿donde estáis? saqué cuatro o cinco de ellos, no sé por qué, monte uno pequeñín, cuando lo que saltaba fuera del agua requería uno grande, ¡que sea lo que Dios quiera, al ataque!

A mi parecer, el poper voló a más distancia de lo que pretendía, la recuperación rápida y escandalosa, sin resultados y otra vez vuela, y otra, y otra... otra vez comienzo a caminar y ¡pum! ataque, leve forcejeo se suelta... ¡ciao viejo, otra vez será! ¡que te crees tu eso!...

Insisto y con otro ataque me responden sin clavar, ¿van cuatro, van cinco? ya no lo sé, cambio el poper por otro aun más oscuro y de igual tamaño... lanzamiento, recogida rapidísima, casi salta fuera del agua el señuelo y ¡pumba! clavada, si señorrrr, esta vez si, ven con papi, ven... una hermosa lubina, robusta, carne toda ella. ¡Oiga, los tobillos ya no me duelen!... ya está en la orilla, veo que el poper viene a un lado de su boca, trato de no apurar, espero para que la ola me ayude a vararla, pero la ola, traidora seas, mil veces vuelvas a la orilla, (que volverá)... libera a la prieta loba y a mí, me deja sin habla... clásico.


sábado, 10 de abril de 2010

La fuga


Estaba que me subía por las paredes porque nunca llegaba esa fuga entrañable y amiga, que te permite encontrarte a la orilla del mar o en cualquiera de las bandas de estribor o de babor, dando unos lances. Fugas tan buscadas y esperadas que no terminaba de realizar porque, en el devenir del día los sagrados guardianes de la prisión, trabajo y familia, impedían la fuga.
Desesperado encontré un hueco entre los dos y escapé... escapé a mi ansiada playa, allí encontré a dos viejos camaradas que andaban cual vagabundos lanzando sus jabalinas de metal en busca de pejes. La charla amena surgió espontánea después de largo tiempo sin vernos y así, iniciamos el recorrido por toda la playa, cruzando charcos profundos para llegar a la zona de lance. El ataque de una loba al señuelo de Juan, fue una quimera, poco más tarde ya casi las nueve de la noche, el trompetín del tiempo sonó, retirada a los cuarteles del sueño.
Llegaban a mis oídos llenos de acuferos sonidos, noticias de grandes pajareras en la playa de Maspalomas, ¡kamikazes a pie de playa! y decidí que al día siguiente me fugaría de nuevo, hice los preparativos necesarios incorporando a la caja, varios poppers y señuelos metálicos; Seleccioné una RC SPIN 330 de acción 20-80; preparé el Stradic 4000 FA, al cual cambié la bobina con un hilo lo suficientemente fino buscando lances largos.

Llegue a la playa, el espectáculo era tremendo, no más de un centenar de golondrinas estaban haciendo picados sobre una gran laguna, en algunos puntos, esta tenía tres o cuatro metros de profundidad en otros menos. Armé el equipo y cruce uno de los charcos para llegar a la orilla, que está a unos cincuenta metros, el agua a la cintura unos metros más y el agua, esta ya casi en el pecho, por fin llego y empiezo el bombardeo con poppers, poco a poco me acerco a los kamikazes, parece que nos les gusta mi presencia, empiezan a graznar quejandose y se alejan, les sigo con la mirada y me encuentro con otra gran escuadrilla que parece estar descansando posada sobre las piedras. No hay pejes en esta zona, nos hay ataques en superficie ni espantadas de peces sobre la misma. La marea ya hace rato viene subiendo y decido volver a cruzar la gran laguna, otro remojon, monto un pequeño vinilo, mas tarde un Aile Metal de nueve, no hay ataques, los pajaros ahora son más numerosos, la otra escuadrilla se ha incorporado al ataque, hay una lluvia de misiles volantes cayendo al agua, monto un pequeño popper, un ratito depués un ataque ¡por fin! me animo, otro ataque y más tarde otro, me parecen bailas pequeñas, esto ya es desesperante pero comprensible, ya suena el trompetín, tocando a retirada y una vez más devuelta a casa, sin novedad, mi hijo me pregunta ¿cogiste algo? y le enseño la bolsa llena... llena de ropa mojada por cruzar charcos, me dice de todo menos bonito, el gusto es mio, la fuga me supo a gloria.

jueves, 25 de marzo de 2010

Mutiara Menang Negara

Isla Kow Way, Tailandia.

He dejado el continente y he llegado a la isla de Kow Way, una parada obligatoria para descansar, poner en orden la libreta de campo y guardar en lugar seguro las fotografías tomadas en la última ruta, una de las más duras que he hecho en los últimos años.
La ruta atravesaba el bosque Menang Negara, Malasia, el más antiguo del planeta 1300.000.000 millones de años. En la ruta, una de las actividades que se llevan a cabo transcurre durante la noche, provistos de unas potentes linternas y las cámaras, un canadiense, el guía y yo, nos adentramos por pequeños senderos. Por el camino íbamos encontrando insectos de todas las clases y tamaños a los cuales fotografiábamos.

Aprovechando ciertas circunstancias que alteraban la ruta, pedí permiso a las autoridades para quedarme unos días en una de la aldeas que encontramos en la ruta, porque deseaba conocer, convivir con aquella gente ¡yo, aun flipo, fue increíble! la aldea se asentaba a la orilla de uno de los ríos, solo tenía tres días, así que me dispuse a convivir y a aprender como se vive en un sitio como este. Una de las cosas principales que te enseñan es conseguir alimento, aprendí a disparar con cerbatana, me enseñaron que si quería evitar que los insectos me devorasen, tenía que untar todo mí cuerpo con unos aceites... sus olores eran tan repugnantes y asquerosos que era preferible estar dentro de un cubo de basura a tener que soportar aquellos perfumes, pero no me quedaba más remedio.

Aprendí a agradecer todo aquello que se movía con patas o sin ellas porque era comida, muchas veces todo lo que comía por la noche, lo vomitaba a la mañana siguiente.
En las salidas de caza, aprovechaba para fotografiar escorpiones, arañas, ciempiés gigantes, tarántulas, insectos a los cuales no
sabría poner nombre, aparecían como pequeños
extraterrestres en la oscura noche.








Aprendí tanto de aquella gente, que todavía lo estoy asimilando.

miércoles, 17 de marzo de 2010

Maspalomas "Zona 0"

El otro día, mí compañero Marcus y yo nos acercamos hasta la playa de Maspalomas con la intención de mojar los equipos y por ende los cuerpos.
El barranco aún hacía correr el agua

La desembocadura, tenía buena pinta para lubina y bailas

Algunos de los kioscos estaban casi en el aire, este parecía desafiante, atrincherado en la cima de un pequeño promontorio de callaos y piedras.


Quedaron al descubierto piedras calizas.

Esta piedra caliza, estaba cubierta por ocho o nueve metros de arena, imaginen la cantidad de arena que el mar en toda la playa se llevo por delante.




Las dunas, aparecían medio comidas, no reconocíamos
esta zona y se observa el terreno que el mar a ganado.
Toda esta arena ha ido a parar a la punta de
Maspalomas, ha llegado
tal cantidad, que esta,
ha crecido en longitud y
altura, formando una pequeña
bahía profunda
con corrientes de agua
que se observé en la superficie.




Las condiciones del mar
eran ideales
para el spinning,
pero lo pejes no
aparecieron como en
los últimos meses.




Realmente Maspalomas, es una "zona cero"

viernes, 12 de marzo de 2010

De la nada a lo nuevo.

Mí afición a la pesca, generaba con frecuencia fotografías de las capturas o de los sitios donde habíamos estado y mis compañeros enviaban por correo más y más fotos, de modo que, los archivos crecían en volumen y contenido.
Ordenando estos archivos de fotografía, una de esas tardes aciagas, me di cuenta que les faltaba algo, no sabía que, pero intuía que era vital. Cada vez que ingresaba nuevas instantáneas en los archivos, me parecía que las metía en una prisión, condenadas a esconder su belleza y al objeto por el cual fueron creadas, como si fueran el fracaso de un experimento que debiera ser olvidado.

Un día, mientras repasaba un foro de pesca en Internet, vi unas imágenes que hablaban por si solas, eran hermosas fotografías... Eran libres, tenían vida y descubrí que era todo esto lo que les faltaba a las imágenes acumuladas en los archivos.

Para darles esa vida y libertad desde un punto de vista diferente, bastaba solo con un poco de imaginación, moldear la ventana desde donde pudieran ser visibles para nosotros pero, ¿como hacerlo?...

Así nació Crónicas de la Orilla, un sitio donde nuestras imágenes, desde la nada pasaron a un espacio nuevo y amplio, donde navegan libremente pero seguro. Todo un mundo nuevo se abrió, lleno de perspectivas, nuevos contactos con personas, qué tienen en común lo mismo que nosotros, el deporte, el senderismo, la pesca, la fotografía...
Ahora, ya no solo tenemos una web y un álbum, ahora tenemos también este espacio, como complemento, espero que lo disfrutes y que participes porque también es tuyo.



domingo, 7 de marzo de 2010

Con un poco de sorna y copiado

Ser Archivald Webber dejó su historia en el tiempo. Vivía en un mundo imaginario que describía en sus “Crónicas de la tierra Suajili”… la tierra de Ganga, la tierra del Baobab; en cuyos troncos, los jóvenes grababan a cuchillo su amor. Se podían ver dibujados corazones atravesados por flechas, incluso se podían leer sus inscripciones; Ganga y Oblongo; Ganga y Kalú; Ganga y Ser Archivald Webber.

Dejó de escribir aquellas crónicas porque el esposo de Ganga regreso a casa antes de lo previsto, por la escasez de rinocerontes.

Crónicas de la Orilla, pretende mantener una historia ordenada en el tiempo, nuestro tiempo que, dedicamos a nuestro deporte favorito, la pesca, la fotografía, viajar. Quiere ser el tronco donde queden grabados los avatares de jornadas llenas de bolos más que de aciertos.

Sin lugar a dudas la escasez de rinocerontes se traduce en la escasez de nuestras piezas predilectas, ya no habituales, si no largas y casi crónicas. Esto hace que migremos a ciertos lugares allende nuestras fronteras, regresando con las tarjetas de memoria rebosantes de imágenes digitales con las que alimentar nuestros blogs y webs.

Nuestro antiguo y arraigado deporte tiende a dislocarnos las articulaciones superiores de tanto lanzar jabalinas de madera y metal, a los pejes de esta redonda y cuando aciertan, todo nuestro cuerpo se estremece sobresaltado porque ya casi no reconoce la violencia cuando el animal da un trancón al señuelo.

Ser Archivald Webber, no dejaría de escribir sus crónicas, no cambiaría la sombra del Baobab ni la compañía de Ganga por la escasez de rinocerontes, por eso nos da el relevo, por eso escribimos nuestras crónicas, no tenemos Baobab pero si, a alguien mejor que, una Ganga a nuestro lado.