jueves, 13 de septiembre de 2012

Se acaba

Amigo mío, las playas ya se han quedado vacías, ya no hay multitud circulando en dirección contraria ni posiciones horizontales dificultando el paso; ya no hay másters de tenis, ni Mesis ni Ronaldos de depilados y morenos torsos playeros. Ya no hay bolas de arena mojada buscando una espalda que azotar... ya no hay masificación humana, se acaba el verano, regresa el sosiego.
Fotografía de: Rafael R.
 Ahora ya puedes ir tranquilo con tu caña desplegada sin tener la sensación de que te miran como algo raro, como si fueras un elemento peligroso que va a inquietar su tarde impidiendo su baño.
Fotografía de: Rafael R.
Ahora puedes volver a lanzar tus señuelos, con la seguridad de que, trás de ti no hay ningún curioso que, mientras te observa, espera tener ocasión para preguntarte que se pesca aquí. Ahora puedes tener la tranquilidad de que en el sitio más peligroso del Morro de Colchas no interferirá el típico bañista jodelón aunque... puedes encontrarte al juguetero de turno intentando coger la mejor ola justo donde hace rato tú estás pescando.
Fotografía de: Marcus M.
Volveremos a tener la alegría de sostener durante unos minutos las tan preciadas y escasas bailas entre otras especies.
Fotografía de: Rafael R.
Amigo mío, retornaremos al amanecer del mejor día de la semana y volveremos en la tranquilad de la tarde en busca del momento propicio, en el que el peje esté o no en su máxima actividad.

Amigo mío, se caba el estío vuelve el sosiego.