El primer día en El Cofete
A las seis de la mañana en pie... vestirse, coger el equipo y al coche.
La playa ofrecía una visión magnifica desde lo alto del mirador pero, ya a pie de ella, la realidad fue otra. La amplitud de las olas demostraban la fuerza del mar de fondo existente con una corriente marina acorde con la situación, consecuencia del fuerte viento de días anteriores y la influencia lunar, en fase de llena.
En los primeros lances, los señuelos eran arrastrados por la corriente hacía el norte, convenía que ofrecieran resistencia pues su navegación mejoraba al describir un amplio arco que al completarse, hacía pasar al señuelo por las pozas que íbamos encontrando. Fue en una de ellas donde una pequeña baila entró a un señuelo de Marcus.
¡Cansino andar!. La arena que entraba en las sandalias actuaba como una lima sobre la piel de los dedos, produciéndonos pequeñas rozaduras que escocían e incomodaban todavía más nuestro lento regreso. Sin dejar de lanzar señuelos. No nos dejamos vencer por nada del mundo, no queríamos salir derrotados... y lo fuimos.
Nuestra primera jornada de spinning en la isla de Erbani fue un fracaso. Resolvimos volver dos días más tarde, esperábamos que la fuerza bajara como así fue, pero esto si me lo permiten lo narraré más adelante.
Como engañan las fotos, he incluso los vídeos, cualquiera que no conozca el asunto pudiera pensar que las imágenes muestran una playa 100% Bailera y fácil de pescar, siga usted ;)
ResponderEliminar¡Jay que currárselo, patearselo, sufrirlo, vivirlo!.
ResponderEliminar¡Jay que hacer mucho y con ganas para lograrlo!.
Es increible,que en lugar asi no tocar nada,pero seguro que andaban por ahi.
ResponderEliminarUn Abrazo.
Pues más vale que se desengañen Abe, tú sabes cuanto nos pateamos la costa para lograr unas picadas y poder traernos las fotos y vídeos. Yo repetiría la experiencia con sumo grado.
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