domingo, 30 de septiembre de 2012

Nací, en una aldea de Asía...

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Nací, en una pequeña aldea de Asía... mi aldea, está en un valle, junto a la ribera de un rio, junto a un bosque, entre las montañas, rodeada de paz y silencio solo roto por el canto de los pájaros y la lluvia al caer.

En ella viven muchas familias, en todas hay niños como yo y ancianos como mis abuelos. Mi padre trabaja en el campo cultivando la piña, la tapioca, el arroz o el maíz. Mi madre cuida de nosotros, de mi hermna, mi hermano mayor y de la abuela.

Mi hermano mayor está enfermo, madre dice que es especial, cuando estamos con él, sonríe e intenta hablar. Mi padre se sienta a su lado y le cuenta historias que le hacen soñar, su rostro se ilumina y una gran sonrisa de felicidad le hace vibrar cuando oye las notas que mi padre produce cuando toca la flauta. Si... mi hermano es especial.

Mi abuela es dulce y muy fuerte; mi abuelo siempre está con sus dos búfalos, a veces le tengo que ayudar. Abuelo siempre esta enseñándome como se llama aquel árbol, aquella araña o cualquier cosa que exista alrededor de la aldea. Él me enseño como se hace una cometa o una caña de pescar. Abuelo es muy inteligente.

Voy a la escuela con mi hermana y otros amigos. Mi escuela está algo lejos de la aldea, solo cuando el camino está mal por la lluvia, otros niños mayores nos llevan en canoa y si la escuela está cerrada me escapo a jugar con ellos o a pescar al rio, siempre con el permiso de madre.

Cuando mi padre regresa del campo cansado, todos estamos en el hogar para escuchar (mientras toma el té que madre le ha preparado), como le ha ido el día, él trae las noticias de otros pueblos o de la gran ciudad que un buhonero se encarga de relatar a los hombres en el mismo campo.

Una vez mi padre me llevó con él a la gran ciudad. Recuerdo que la gente parecían como locos, corrían de un lado a otro y muchos hablaban sin parar, no sé a dónde iban y yo me perdía mirándoles. Sus casas no tienen color y olía mal; no tuve miedo pero no comprendí que hacían. Padre me dió unas palmadas y me sonrió mientras me miraba.


Nací en una aldea de Asía... y moriré en ella.