No recuerdo cuando sucedió, ni cuando otro lazo mágico de la vida nos unió por caminos diferentes entre las olas del mar. Hace unos días esos lazos se rompieron para siempre y ahora solo queda en nuestra memoria, todo lo bueno, todo lo mejor de "Chera".
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Fotomontaje: Marical Rivero Hierro |
Su tabla y mi caña se cruzaron entre las olas en varias ocasiones. Encuentro familiar, amigo y hermano, siempre fue una alegría encontrarte allí, en esa orilla amada, dónde tú quedaste dormido junto a tu tabla para siempre.
Esta mañana Chera, volví a la playa y el mar estaba huérfano de olas. Quiero imaginar que se fueron llevándote y sobre ellas, surfeando... dejabas una estela de plata y oro hacia la otra orilla.
Adíos pues mi querido primo y esperame con esa sonrisa en tu otra orilla.
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