Tranquilidad, serenidad, naturalidad, calma, orden... Mi signo zodiacal es Libra; dicen que los libras tienen un 1% de tranquilidad y un 99% de locura. Creo que tienen razón.
Cierto día, a poco más de tres horas después de la media noche, entré en la iluminada playa de Maspalomas camino del Morro de Colcha. Así fui alejándome hasta que la oscuridad absoluta me rodeó. Comenzó a crearme cierta incertidumbre la soledad de la playa ante mí, pero un instante después agradecía la intimidad. Las olas allí cantaban su balada, rompiendo el silencio del natural paraje y solo yo las oía mientras caminaba por la orilla, deleitando cada minuto. Cantaban a su ritmo y a veces jugaban conmigo a que te pillo y te mojo los pies. Mis sentidos ya estaban adaptados y, mientras, me preguntaba si esta aventura de hacer Spinning a tan extemporáneas horas resultaría aciaga.
Mapa del s.
XVIII, reducido del topográfico levantado por el capitán ingeniero Manuel Hernández
en 1746. El "Morro de Colchas" se corresponde con Las Dunas.
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Antes del Spinning, mi mundo era el Surf Casting, sabía por tanto que la baila era una muy activa depredadora en la oscuridad, no más lejos, recordaba como las cañas se torcían cuando atacaban el cebo orgánico. ¿Cómo reaccionaría ante un señuelo?; ¿sería tan virulento su ataque? No tardaría en descubrirlo.
El Morro de Colcha en aquel momento, no era amigo del pescador amigo pues una fuerte corriente imperaba allí empujando a las olas en diagonal, para terminar deslizándose con ímpetu sobre la arena dejando un blanco manto de espuma. Desanduve unos cientos de metros hasta encontrar el lugar dónde la corriente fuera a menos y lo encontré.
Los señuelos normales allí no servían de nada, así que opté por paseantes pesados de tamaño medio, blancos, verdes fluorescentes, naranjas, blancos de cabeza roja... y vaya que el acierto llegó de inmediato con un blanco.
No tenía a nadie allí que me apoyara con la cámara para documentarlas, tampoco quise perder el tiempo en ello, tan emocionado me dejó la primera que volando devolví a su medio. ¿Quien dijo que era los mismo clavarlas al amanecer o con el sol ya sobre el horizonte?
Fotografía de Marcus M. "Amanece" |
Y... de repente, aquél festival paró, ¿se fueron? ¿Cuantas entraron?... perdí la cuenta como la noción del tiempo. Respiré, me quité la mochila y bebí un buen trago de café que había traído de casa, aquello me reconfortó. Encendí un cigarro exhalando el humo relajado y pensé en voz alta "chacho que pasada". Colgué mi mochila a la espalda, las seis y poco, no tardaría en amanecer, estaba cerca del Médano alto y emprendí la marcha.
Poco a poco, la oscuridad fue recogiéndose con sigilo, de igual modo la claridad llegaba y con ella los primeros humanos. A lo lejos pude distinguir la silueta de mi compañero que se acercaba con su caña de mosca. Me retiré del agua haciendo tiempo a que llegara y decidí sustituir al paseante blanco por otro de color más natural. Tras el buenos días, el interrogatorio. Conociéndole sabía de sus dudas el estado del mar debió influirle pero no me importo, porque poco más tarde quedarían despejadas.
Fotografía de Marcus M. "Feliz" |
Fotografía de Marcus M. "Cansancio" |